TEXTO PARA EL PUBLICO PARTE IV

LOS ANDES Y LAS PIEDRAS

Orko Piña traducido es: “Cerro llegada” ó “Cerro enojo” que unido a la idea de una chica o doncella resulta “la chica al cerro ha llegado” o “la chica en el cerro enojada” dependiendo esto de la pronunciación de “piña”. La idea, de una forma u otra, nos señala la llegada o el enojo de una Doncella en, o al Cerro.

Copacabana quiere decir: “Lugar donde se ve la Piedra” y era referente a una roca, piedra o ídolo pétreo que allí se veneraba como lo escribe Fray Alonso Ramos Gavilán en su libro: “Historia de Nuestra Señora de Copacabana” impreso en el año de 1621. (Tradición de las Orko Piña y las piedras).

En ambas, en Copacabana y Orko Phiña la tradición de las Piedras es ancestral, y está íntimamente ligada al rito de las Apachetas.

En los Andes probablemente el mito de la Virgen se eclipsó culturalmente cuando sus devotos que conservaban el mito, los wirakochas; fueron degollados a orillas del gran lago por los sacerdotes de las tribus Diaguitas como ofrenda de sangre pura al Dios que pide sangre. Tal horripilante Ritual, no es propio de los Andes, fue “importado” de culturas de pastores foráneos al continente en tiempos remotos, y tuvo su cúspide en los pueblos antiguos de Mexico, y lamentablemente permanece en nuestro territorio hasta hoy.

Más tarde Atahuallpa mandó a que se extinguiera todo rastro de la Casta de los Incas, su orden se cumplió y se asesinó hasta a la servidumbre de la Realeza del Imperio. Algunos pocos se salvaron escondidos por el pueblo horrorizado por la masacre. La Madre de Don Garcilaso de la Vega fue una de las afortunadas; y es gracias a él y a unos pocos investigadores de su época, que conocemos algo de la Historia de los Incas y sus Dioses.

Pero el mito sobrevivió en la sangre, en la memoria colectiva y entre los sabios atumurunas. Resucitó luego en las alturas escondido en una Danza Folklorica de Saltos y Risas burlonas, de Guerreros con Trenzas, de Escudos y Espadas, Tridentes y Faldones, Fauces de Fieras y Cuernos de Bestias, Cabezas cubiertas de Arácnidos de Ocho patas, Osos polares de la lejana Agartha y Cóndores negros con Dragones como Crestas.

Y todos comandados por un Rebelde Alado Armado hasta los dientes, que los conduce hacia el Lucero, hacia Venus , el Asiento de la Virgen, la puerta de Salida del Mundo del Dolor.

Los Arácnidos y escorpiones son representaciones “escondidas”, “esotéricas” si se quiere del octógono, la estrella de ocho puntas, porque llevan ocho patas, ocho puntas, y porque “enfrían” la pasión animal lo que en la cultura andina se denomina apunamiento. Tal emblema (el arácnido) es Universal, y aparte de representar a Venus, representa como ya lo dijimos a la agricultura. En el mundo Greco-Romano, Ceres era la Diosa que trajo el Trigo, los Cerealaes a la Raza Humana, de allí su nombre Ceres, y era representada con el rostro de una mujer encerrado en un Octógono.

Y es por ello, que la música elegida para la Diablada, es la Danza Romana de la Tarantela; que en la Italia de hoy es Danza de Agricultores.

La Araña, está en los Andes, dibujada en la llanura de Nazca a una escala colosal, sólo visible desde el Cielo.

Y el Tridente del griego Poseidon es también el Símbolo Sumerio de EnKi, el Anunnaki que se puso del lado de Inanna y marca el Territorio de Los Andes, estampado en una roca que mira hacia el Océano Pacifico, indicando que es su Dominio.

Esta demás decir que hoy sabemos que la relación cultural y comercial de Sumer y los Andes en la antigüedad es un hecho por demás comprobado. Los investigadores modernos hasta han encontrado restos de Cocaína en los cabellos de momias Egipcias y residuos de hojas de coca entre sus dientes.

Para los apasionados del tema arqueológico, presentamos hoy a la llamada fuente Magna, hallada a los alrededores del Gran Lago. Se trata de una “chua” de piedra con inscripciones de escritura cuneiforme; la cual es prueba indiscutible de la presencia DE SUMERIOS EN EL Tiwanacu, tal como lo sostiene Secharias Sitchin en sus obras conocidas mundialmente por todos los interesados en el Verdadero Pasado de la Humanidad.

Está también comprobado que más tarde los Frisones, Fenicios, Vikingos y finalmente los Godos llegaron a las Américas unos por el Norte y otros por las desembocaduras del los ríos Amazonas, Orinoco y del Plata, Y PARA ELLO SÓLO NOS BASTA SACAR DE NUEVO A LA LUZ DEL ENTENDIMIENTO INTELIGENTE, LA COLOSAL OBRA DE DON Arthur Posnansky, Ingeniero Naval, arqueólogo ILUMINADO y HÉROE DE NUESTRA PATRIA. Y estamos seguros que fue por ello que tuvo tantos enemigos y detractores… Hubo “arqueólogos reconocidos” que se atrevieron a llamarlo “ladrillero”, por haber hecho la primera fábrica de ladrillos de calidad en La Paz.

La posibilidad de que fueron estos pueblos Guerreros y Conquistadores los que fundaron la Casta de los Ingas, mediante una Alianza con los Incas es ENORME; y creemos que la Danza de la Diablada es una rememoración a la llegada de gentiles que visitaran América y dejaron su legado mítico y guerrero.

Por otra parte; sabemos por antropólogos e historiadores como Dick Ibarra Graso, boliviano-argentino, y el libro: “Los Hombres Barbados en América”; Jean Jaques de Mahieu y la obra “La Geografía Secreta de América antes de Colón”; Graham Hancok y el best seller: “Las Huellas de los Dioses”; Don Arturo Posnasky y su monumental trabajo intitulado: “Tiwanacu la cuna del hombre americano”, que frisones, godos y luego vikingos se asentaron en territorio americano siglos, sino milenios, antes del “descubrimiento” del “nuevo mundo” en 1492.

Posnasky descubrió restos de viviendas vikingas en la Isla de la Luna, y en los libros de Dick Ibarra Graso hay fotografías de “chullpas rubias”, estatuillas antropomorfas con rasgos nórdicos desenterrados en Guatemala, que corroboran los mitos andinos y mesoamericanos sobre los “Wiracochas” o “Quietaztcoatls”, hombres altos y barbones, con largas cabelleras rubias y trenzadas, llegados de “las aguas” para abolir los sacrificios humanos.

Por favor, sólo basta observar la Danza de los Tobas para ver a Nórdicos Barbudos con vestimentas tropicales.

En el tomo III de “Tiwanacú la cuna del hombre americano” Posnasky logra hilvanar la historia del octavo Inca “Wiracocha”: “Las insistentes tradiciones en la región del antiguo “Umasuyo” donde está situado el lago Titicaca hablan de gente barbada que fue exterminada por los indios y la influencia arquitectónica europea después de Wiracocha-Inca, sobretodo el templo de Wiracocha que aún existe en “Cacha” adaptado a un estilo arquitectónico netamente europeo”; corroboran la llegada de europeos antes de Colón. Además existe una tradición en la Isla del Sol de un hombre rubio venido de la costa del Pacífico que casó con una india de la isla, y tomó el apellido de “Inga”. El enseño a los indios cosas desconocidas para ellos. Hizo, al sistema europeo, las construcciones aún visibles en la Isla del Sol encima de las arcaicas construcciones de piedra labrada.

“Kerus” con representaciones de europeos, con yelmo y cota de malla acolchonada, anteriores a la época de la Conquista, prueban el arribo de Europeos a los Andes antes de Colón.

Las danzas andinas son representaciones de hechos culturales de gran relevancia social, y que por lo mismo, marcaron a los pueblos nativos del Ande. La colonización influyo sobremanera en el folklore; Por ejemplo, danzas como los “Caporales” y la “Morenada”, se inspiran en los esclavos de raza negra comercializados por la Compañía de Indias Holandesa, que se insertaron en el contexto social y luego en la conciencia colectiva. El “Tinku” deja entrever la influencia española, no solo en el casco y la indumentaria del Tercio Español que exhiben los bailarines, sino en la actitud belicosa y aguerrida de los conquistadores.

Las danzas más autóctonas, “LLamerada”, “Kullawada”, “Waca-waca, “, describen en sus argumentos, características sociales de los pueblos nativos: el pastoreo, el tejido, la ganadería, la guerra, y conductas colectivas influidas por los colonizadores, como el “Toreo”.

En este contexto, podemos asumir que la única danza pre-colonial, realmente originaria, que no tiene influencia colonial, es la Diablada, que representa el más puro espíritu del incario, que no por conquista, sino mediante alianza, produjo el Imperio que fundó el Inca Wiracocha, y que fusiono dos culturas semejantes en su ideario y escatología: los Quechuas del Ande y los Nórdicos de Europa.

Solamente con contemplar, la increíble indumentaria guerrera del bailarín de Diablada: coraza, escudo, espadas y tridentes, debajo de la coraza a modo de emular la “piel blanca”, la calza o buzo blanco con que se atavían los danzantes. Las máscaras con crestas y cuernos, pelucas rubias o rojas; La presencia protagónica de la mujer guerrera, virginal, la “china” que emula a la “valquiria nórdica”, los osos blancos, que son polares, como los pueblos nórdicos, pues no hay osos blancos en ninguna región que no sea Polar. Y por sobretodo aprecien la típica rebeldía nórdico-pagana. Toda esta riqueza cultural ha sido distorsionada por el fanatismo religioso impuesto por los colonos y su intolerancia con otras mitologías.

No degrademos la Diablada a algo lúdico, supersticioso y sólo carnavalesco.

ELLA, LA VIRGEN Y su NIÑO al mando de un ejército LIBERTADOR DE LOS ESPÍRITUS CAUTIVOS ESTAN DETRÁS.

Y EN verdad creemos, HOY MÁS QUE NUNCA que puede llevarnos a la Libertad…

Sólo procuremos recordar Algo que Ellos nos trajeron y hace mucho que olvidamos:
EL HONOR.

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En el poema de Inanna, Ella desciende desde más allá del cielo, a hacerse justicia en la tierra a donde llega "como un torrente descendiendo de su montaña".

Como se ve, el reverso de ese juicio del Más allá de los cristianos.

Después del descenso de Inanna hubo otros viajes en la literatura universal, el de Orfeo, el de Hércules, el de Jesús, el de Dante . Pero ninguno supo recuperar la tremenda y primitiva fuerza, el empuje de esas huestes de muertos y espectros que acompañaban a Inanna en su resurrección. Los cristianos nunca encontraron una versión literaria o pictórica para sus "Juicios Finales" de semejante grandiosidad. Hasta Miguel Ángel luce ingenuo frente a este reaparecimiento sumerio. Que además contiene algo que después hizo falta: Honor, amor fiero, y un episodio sobre la Lealtad.